miércoles, 9 de noviembre de 2011

Me apetece

escribirte algo sincero de verdad. No es porqué sea un dia especial o porqué te deba un regalo, la verdad es que me gustaría contarte todo con palabras pero me gustaría más que tu mismo te des cuenta del gran error que fuiste para mi. Porque si, confieso, no miento; de veras te hamé, sí, así con «h» por que fue un error.


sábado, 5 de noviembre de 2011

No soy perfecta pero tampoco me preocupa demasiado.

Vale. Lo reconozco. Me gusta el chocolate y las películas románticas. Lloro demasiado y me río con facilidad, voy con las uñas mal pintadas y me cuesta encontrar el regalo perfecto. Eso es malo. De acuerdo, pienso a menudo en tonterías y no llego a ninguna parte, lo sé, no soy perfecta, pero tampoco me preocupa demasiado.

"Cuando todos los días parecen iguales es porque las personas han dejado de percibir las cosas buenas que aparecen en sus vidas"





Creo que nunca ha sido complicado hacerme feliz. Si me conoces bien, sabrás que soy patéticamente sencilla, torpe y previsible. No necesito flores, ni dedicatorias de canciones en la radio, ni aviones que escriban mi nombre en el cielo. No pido milagros, porque nunca he visto ninguno. Las sorpresas, cuanto más pequeñas, más bonitas me resultan. Y me vale todo, siempre que sea hecho con amor. Todos los detalles son buenos... Abrazos, sonrisas, besos de esquimal, notitas escritas en una servilleta, una visita inesperada, un regalo personal, una foto de tu infancia, un mensaje de madrugada, palabras simples pero sinceras... Creo que nada demasiado costoso si se hace por iniciativa propia y con sentimiento. Eso sí, necesito que todo ello sea incondicional. Solos o rodeados de gente. Aquí y allí. Ayer y hoy. Esa es mi forma de querer y, por lo tanto, es la única forma de sentirme querida.


Clara.